La locura por conseguir una entrada para el Real Madrid – PSG de vuelta de los octavos de final de la Champions ya se ha disparado. Desde hace varias semanas las peticiones en el club no cesan, pero desde que se ha abierto el plazo para que el público en general pueda adquirir un ticket la web del conjunto madridista no ha dejado de recibir visitas. De hecho, el tiempo medio de espera en la cola virtual ha sido en todo momento superior a los 40 minutos. En menos de dos horas se colgó el cartel de no hay billetes. Miles de seguidores blancos trataron de estar en el que va a ser uno de los partidos del año sea como sea.
El Real Madrid, en primer lugar, abrió el plazo a los socios abonados sin euroabono. Estos pudieron adquirir sus entradas a partir del 15 de febrero. Después, el día 25, llegó el turno de los socios sin abono, mientras que en último lugar tuvieron preferencias los titulares del carné madridista. A partir del 1 de marzo ya todos los aficionados pudieron adquirir una entrada y la demanda, como era de esperar, se disparó hasta el punto de agotarlas en pocos minutos. El conjunto blanco podría llenar dos Bernabéu y el problema es que actualmente el aforo de Chamartín no es el máximo, ya que las obras reducen el espacio.
La plantilla de Carlo Ancelotti espera que el ambiente sea el de las grandes noches contra el PSG. A pesar de que en el Bernabéu no podrán estar los 81.044 aficionados que pueden asistir en condiciones normales, los cerca de 60.000 seguidores blancos que estén presentes en el feudo madridista tienen la misión de llevar en volandas a los blancos, que buscan remontar el 1-0 de la ida.
Un aforo mayor
Tal y como contó OKDIARIO, el Santiago Bernabéu se ha preparado en estas semanas para aumentar el aforo de cara a este partido. Siempre cumpliendo todas las medidas de seguridad, el lateral de Padre Damián o Lateral Este podrá tener su aforo al máximo. Donde no habrá cambios es ni en el fondo sur ni en el lateral de Castellana. Ambas zonas mantendrán sus lonas en las gradas bajas y altas, ya que es imposible que se puedan habilitar asientos en zonas donde los obreros siguen trabajando intensamente. Por el fondo hay una rampa que permite que los camiones introduzcan el material, mientras que en el lateral se está trabajando en la cueva que servirá para guardar el césped cuando no se jueguen partidos.